viernes, 25 de septiembre de 2009

John X (una lección de seducción)

John X se levantó del banco, arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central. Buscó a la chica cuyo corazón él conocía pero cuya cara nunca había visto, la chica de la rosa. Su interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante, se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba una alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Hollys Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Él le escribió una carta para presentarse y para invitarla a corresponderle. Al día siguiente, John fue enviado por barco para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a él de verdad le importaba, no importaría cómo ella luciera. Cuando por fin llegó el día en que él regresaría de Europa, ellos arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 pm en la Gran Estación Central de Nueva York. “Tú me reconocerás” dijo ella, “por la rosa roja que llevaré en la solapa”. Así que a las 7 John estaba en la estación buscándola. Dejaré que el señor X les diga lo que sucedió: “Una joven mujer vino hacia mí, su figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y su traje verde pálido era como la primavera en vida. Yo comencé a caminar hacia ella sin darme cuenta que no llevaba la rosa. Mientras se movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios: “¿Vas por mi vía, marinero?” Murmuró ella. Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces vi a Hollys Maynell parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era más que regordeta, sus pies con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja. La chica del traje verde iba rápidamente. Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla, y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado. Y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacilé. Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro que era para identificarme con ella. Esto no sería amor, pero sería algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido. Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción. Soy el Teniente John X, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento que me pudiera conocer; ¿la puedo llevar a cenar? La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante. “No sé de qué se trata esto hijo” ella respondió, “pero la señorita del traje verde que se acaba de ir me rogó que usara esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar yo le diría que lo está esperando en el restaurante de frente. Ella dijo que era una clase de prueba!” No es difícil de entender y admirar la sabiduría de la Srta. Maynell. La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no atractivo. “Dime a quien amas” escribió Houssaye, “Y te diré quién eres”.

(Sin información sobre el nombre del autor)

sábado, 19 de septiembre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

sábado, 5 de septiembre de 2009

Un laboratorio que mata niños

Pfizer negocia con Nigeria un acuerdo extrajudicial por la muerte de 11 niños en ensayos clínicos
La justicia de EE UU se declara competente para juzgar el caso [Reproducción de Nota]

La mayor farmacéutica del mundo, Pfizer, negocia con el Gobierno de Nigeria un acuerdo extrajudicial para evitar un juicio por la muerte de 11 niños en el país africano en el ensayo clínico de un medicamento llamado Trovan. En un comunicado, la compañía señala que "estamos dialogando y hemos hecho progresos, aunque aún hay importantes cuestiones que deben ser resueltas antes de alcanzar un acuerdo final". El diario británico The Independent informa hoy de que el gigante farmacéutico pagará 55 millones de euros en concepto de indemnización a las familias afectadas.

En 1996, Nigeria sufrió una epidemia de meningitis que terminó con la vida de al menos 11.000 personas. En medio de la crisis humanitaria, Pfizer, famosa por haber inventado la Viagra, envió a un grupo de médicos que colocó su centro de operaciones al lado de un centro médico gestionado por Médicos sin Fronteras, que intentaba detener la tragedia gracias a medicinas cuya fiabilidad estaba demostrada. Los facultativos enviados por la farmacéutica captaron a 200 niños y prometieron a sus familias que los curarían. Once de aquellos niños murieron y muchos más sufrieron efectos secundarios graves, incluidos daños cerebrales. Pese a que la alerta sanitaria persistía, el fracaso de la terapia experimental de Pfizer llevó a la empresa a desmantelar su dispositivo apenas dos semanas después de llegar a la zona sin ofrecer información sobre los experimentos.

La historia es una de tantas que ocurren en África y que en numerosas ocasiones han sido carne de novela o de película. No en vano, John Le Carré escribió El jardinero fiel, cuya adaptación a la gran pantalla consiguió cuatro Oscar, a partir de los hechos ocurridos aquel 1996 en Nigeria, según alegan los demandantes.

En lugar de acabar lo ocurrido en el baúl de los recuerdos, la conciencia de uno de los investigadores que participó en la misión de Pfizer le llevó a denunciar los hechos en su propia empresa mediante una carta dirigida al máximo directivo de la compañía, William Steere. En ella, el médico advertía de lo sucedido y aseguraba que las pruebas realizadas por Pfizer habían "violado normas éticas". Un día después de enviar la carta, el empleado fue despedido, aunque la farmacéutica alegó que la medida no tenía relación con la misiva.

Pfizer siempre ha mantenido que contaba con el permiso de las autoridades sanitarias del país para probar el nuevo medicamento y que recabó el permiso de los padres, algo que ellos niegan. Además, la farmacéutica afirma que sólo seis de los niños murieron tras administrárseles Trovan y que los otros cinco fallecieron tras recibir dosis de Rocephin, un producto certificado.

Nueve años después, la batalla legal iniciada por un grupo de familiares de los niños afectados y conducida por un abogado nigeriano y otro estadounidense podría dar sus frutos. El que pueda llegarse a un acuerdo extrajudicial no evitaría que el caso pueda seguir vivo en Estados Unidos, donde un tribunal de apelación del Estado de Nueva York ha dado vía libre para que el caso pueda ser admitido a trámite en el país donde radica la compañía.

Nota Original: Hacer click acá.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La mayor multa de la historia

Pfizer pagará 1.600 millones de euros por la promoción ilegal de sus medicinas [Reproducción de Nota]
El gigante farmacéutico llega a un acuerdo con el Gobierno de EE UU para resolver una demanda criminal por recomendar medicamentos para usos distintos a los prescritos.- Es un cifra récord.

El gigante farmacéutico Pfizer ha llegado a un acuerdo con el Gobierno de EE UU para pagar una cifra récord de 2.300 millones de dólares (unos 1.617 millones de euros) para resolver los cargos civiles y criminales que pesaban contra la empresa por la promoción ilegal de cuatro de sus medicamentos. Es la mayor multa de la historia por un caso similar y supera los 1.420 millones pagados por Eli Lilly and Co por la promoción ilegal de uno de sus productos contra la esquizofrenia.

La acusación que pesa sobre Pfizer es la de promocionar estos medicamentos para otros usos distintos a aquellos para los que están prescritos. En EE UU, la ley permite a las farmacias recomendar medicinas para usos distintos a los que fueron creadas, pero es una práctica prohibida para los fabricantes. La compañía, que anunció un principio de acuerdo a principios de año pero sin más detalles, ya estuvo implicada en un caso similar en 2004.

El caso viene de lejos puesto que analgésico Bextra fue ya retirado del mercado en 2005 por razones de seguridad. Según informa la propia compañía, los otros medicamentos incluidos en el acuerdo son Lyrica, una píldora para los dolores; el tratamiento para la esquizofrenia Geodon y el tratamiento para infecciones Zyvox.

El acuerdo da por cerrados "todos los asuntos pendientes" con el departamento de Jusitica, asegura Pfizer en un comunicado, incluida la investigación sobre el pago a algunos médicos para que recetasen sus productos. "Es una gran oportunidad porque permite que Pfizer centre de nuevo su atención a las cosas que realmente importan para una empresa biofarmacéutica", asegura Amy W. Schulman, consejero general de la compañía.

Nota Original: Hacer click acá